Cuento del zapato trotón
Este era un zapato
risueño y feliz.
Gran boca tenia,
pero no nariz.
Seis ojos pequeños
y oreja sutil.
Vivía en una caja
soñaba con salir.
Le gustaba la calle
y los montes sin fin.
Saltaba y corría
de allá para aquí.
Las gotas de lluvia
le hacían reír.
Usábale un mozuelo
fortachón y juvenil.
Al limpiarlo con cepillo
le hacía hacer ¡a… chís!
Un día el mozo creció
y el pobre zapato
algo viejo se quedó.
Una mano, amable
en una bolsa lo metió.
Estaba indeciso, confuso…
mas pronto, alguien lo sacó.
Viejo y sucio corría
feliz en un nuevo pie.
Nunca nada le dolía,
su boca siempre riendo,
sus ojos siempre contentos,
su oído siempre atento.
Trotando de un lado a otro
hasta el final de sus días.
Roto, solo y recordando
que hizo feliz a muchos.
Tal vez a ti.
También a mi.
Cuento de Me encontré una moneda
Me encontré una moneda
la metí en un agujero
con esa moneda compré una gallina
que me puso un huevo.
Tengo una gallina,
tengo un huevo,
tengo una moneda
en el agujero
y siempre tengo
el mismo dinero.
Con aquella gallina
compré una oveja
que tuvo un borrego.
Tengo una oveja,
tengo un borrego,
tengo una gallina,
tengo un huevo,
tengo una moneda
en el agujero
y siempre tengo
el mismo dinero.
Con aquel borrego
compré una vaca
que tuvo un ternero.
Tengo una vaca,
tengo un ternero,
tengo una oveja,
tengo un borrego,
tengo una gallina,
tengo un huevo,
tengo una moneda
en el agujero
y siempre tengo
el mismo dinero.