Ombligo obligado, obligo ombligado, obligo y ombligo.
Por uno y por otro lado dice que se parecen.
Pero yo digo que obligo si el ombligo vuelve
al llano obligando a que le miren el ombligo.
El célebre cerebelo del cerebro celebra
con celeridad una celebérrica celebración.
Nunca nuca he tenido, nuca nunca tendré.
Tengo un ojo y lo tengo rojo,
porque un piojo que está cojo me dio antojo.
Y del antojo y de lo cojo que está el piojo, rojo me deja el ojo.
Del pelo al codo y del codo al pelo,
del codo al pelo y del pelo al codo.